HISTORIAS DE TERROR
- LA LLORONA:
Cuenta la leyenda que, a mediados del siglo XVI, durante las noches de luna llena, los vecinos de Ciudad de México se despertaban sobresaltados al escuchar los fuertes lamentos de una mujer, la cual gritaba: ¡Ay mis hijos!
La figura iba vestida de blanco y un velo cubría su rostro, mientras recorría las calles de la ciudad dirigiéndose hasta las orillas de un río, donde se desvanecía.
Dicen que la mujer, tras el abandono de su marido, decidió ahogar a sus hijos en el rio. Desde entonces, lamenta lo sucedido arrepentida y vaga por las calles de la ciudad. Hay quien afirma que a día de hoy se puede oír su triste lamento.
- LA APUESTA DEL CEMENTERIO:
La protagonista, cuyo nombre se desconoce, era una joven tímida. Por el trabajo de su padre, ella y su familia cambiaban constantemente de ciudad y de amigos.En uno de esos tralados, un grupo de compañeros retó a la joven a una prueba de valentía: debía ir al cementerio de noche y clavar una nota en la última tumba del camposanto en la que decía "Yo estuve aquí". La chica, con ansias de ser una más y poder integrarse rápidamente en el grupo, aceptó el reto y esa misma noche se dispuso a cumplir su tenebrosa misión.Aunque el cuerpo le pedía correr y abandonar el juego, la joven saltó la valla. Caminó entre el frío mármol, las siluetas de las cruces y las sombras de los ramos de flores posados encima de las tumbas.Cuando por fin llegó a la última tumba, sus ojos estaban empañados de lágrimas y sus manos temblaban por el miedo contenido. Con una chincheta clavó la nota en la que demostraba su valentía y al levantarse para salir corriendo, algo tiró de su falda, atrapándola.La mañana siguiente, al no tener noticias de la joven, el grupo de chicos se dirigió al camposanto. Allí encontraron su cuerpo inerte, con la falda de su vestido clavada con una chincheta a la última tumba del cementerio. Había muerto... de miedo.
- LA SONRISA DEL PAYASO: Una joven esperaba el autobús de noche en una de las marquesinas de la zona de Metropolitano, el principal núcleo de colegios mayores de la capital. La zona está rodeada de los parques que forman el campus universitario y, junto con las facultades vacías, logran un perfecto escenario de película de terror.La espera de la joven fue interrumpida cuando un grupo de jóvenes, supuestamente de aspecto skinhead, que la sacó de sus pensamientos. Empezaron a hablar y a burlarse de ella y, después, comenzaron a forzarla. Para hacer aún más macabro el forcejeo, le dibujaron la 'sonrisa del payaso' para poder violarla sin que ella pudiese gritar.Este tipo de tortura consiste en hacerle a la víctima un corte en cada lado de la comisura de los labios, de forma que si abre la boca para gritar, la herida se desgarra.Los rumores de este tipo de agresión fueron tan fuertes que, en 2003, los directores de varios colegios mayores madrileños tuvieron una serie de reuniones para investigar e intentar poner fin a esta alarma que se extendía entre los jóvenes universitarios. Como la mayoría de las leyendas, no se pudieron contrastar los hechos, ya que ningún hospital de Madrid había registrado un paciente con ese tipo de agresión.